Esquivando la muerte sin moverse


<<(…) Cuando se está solo y sin saber cuándo van a dispararte en la oscuridad, el primer impulso es permancer en constante movimiento, no cesar de moverse y evitar encender luz alguna o colocarse junto a cualquier punto luminoso. Y, sin embargo, el moverse continuamente es una de las peores cosas que pueden hacerse. Según Bob Capa, que ha estado en más guerras o cerca de ellas que ningún otro ser viviente (y aún nadie sabe cómo ha sobrevivido a ellas), lo que debe hacerse es permanecer quieto. Si uno se sienta en la oscuridad, dice, nadie sabe que estás ahí. Es moviéndose como pueden darse señales de tu presencia en algún punto. Incluso cuando te disparan, lo mejor es sentarse hasta ver de dónde proceden los diparos. Es difícil hacerlo. Pero seguro que es un excelente consejo; Capa todavía está vivo*. Sin embargo, el instinto te lleva siempre a moverte sin parar.>>

John Steinbeck, Hubo una vez una guerra’ (1943).

* En el momento en que se escribieron estas líneas el famoso corresponsal Robert Capa estaba cubriendo, al igual que Steinbeck, la Segunda Guerra Mundial. Tras una larguísima y arriesgada carrera que empezó en nuestra Guerra Civil y recorrió los principales frentes de la citada Guerra Mundial tuvo que llegarle, al fin, un golpe de mala suerte.

En 1954, a punto de dejar la profesión (como les pasa a los policías), Life le encargó sustituir en Vietnam a un reportero en lo que poco después se convertiría en la Primera Guerra de Indochina. Cuando caminaba con un pequeño grupo de soldados franceses una mina le picó el billete y puso fin a la leyenda.

Steinbeck creía que no había persona en el mundo que haya estado en tantas y diferentes guerras y seguir vivo para contarlo… Y es que todos hemos escuchado o leído alguna vez la máxima de Robert Capa:

«Si tus fotos no son lo suficientemente buenas es que no te has acercado lo suficiente.»

—Robert Capa (1913-1954).

Que Dios nos asista


Dr. Manhattan: «Blake, estaba embarazada. Y tú le disparaste.»

El Comediante : «Sí. Sí. Eso es. Embarazada. Le disparé. Bang. ¿Y sabes qué? Tú me viste. Pudiste convertir el rifle en vapor, las balas en mercurio o la botella en copos de nieve. Pudiste teleportar a cualquiera de nosotros a Australia… Pero no levantaste un dedo. No te importan un cuerno las personas. Que Dios nos asista, que Dios nos asista.»

Escena de Watchmen (1986),
novela gráfica de Dave Gibbons y Alan Moore.